MONTECILLO BODEGA CENTENARIA DE LA RIOJA ALTA
El origen de Bodegas Montecillo se encuentra en
Fuenmayor, uno de los pueblos de mayor tradición vitícola de la Rioja Alta.
Después de la fundación de la primera bodega en 1870, Montecillo mantiene una sólida filosofía de respeto al viñedo, de selección de la mejor uva, de una vinificación coherente, de un envejecimiento en barricas de roble de alta calidad y de un afinado en el sosiego de sus impresionantes calados, donde se guardan botellas de añadas que se remontan a 1926, el mismo año de creación de la Denominación de Origen Calificada Rioja.
Después de la fundación de la primera bodega en 1870, Montecillo mantiene una sólida filosofía de respeto al viñedo, de selección de la mejor uva, de una vinificación coherente, de un envejecimiento en barricas de roble de alta calidad y de un afinado en el sosiego de sus impresionantes calados, donde se guardan botellas de añadas que se remontan a 1926, el mismo año de creación de la Denominación de Origen Calificada Rioja.
En la segunda mitad del
siglo XIX, un puñado de apasionados apostó con convicción por el método de
elaboración bordelés y empezaron a producir vino con la voluntad de trascender
los límites del mercado nacional. Uno de los primeros en hacerlo fue Don
Celestino Navajas Matute, de una familia de hondas raíces en Fuenmayor, quien
fundó su bodega en 1870.
Don Celestino demostró
una gran visión de futuro: envió a su hijo Alejandro, a estudiar en Burdeos.
Con el paso del tiempo, Alejandro y su hermano Gregorio crearían la razón
social Hijos de Celestino Navajas, con la idea de proseguir la obra de su
padre. La siguiente generación, encarnada en José Luis Navajas -hijo de
Alejandro-, estudia enología en Borgoña y en el Penedés y se convierte en el
gestor de la bodega familiar al impulsar decisivamente la calidad y el éxito de
sus vinos, introduciendo técnicas innovadoras en Rioja como la vinificación en
frío, tan característica de la bodega ahora denominada Montecillo. José Luis Navajas no tenía descendencia y
decidió poner el legado de sus ancestros en las mejores manos posibles. Así
entabló relación con otra centenaria familia vitivinícola, Osborne, quien
adquiere Bodegas Montecillo en 1973. Desde entonces, Osborne ha potenciado las
grandes virtudes de la bodega de Fuenmayor: la calidad, la tradición y el saber
hacer, al construir nuevas instalaciones de elaboración, más espaciosas y
funcionales entre los pueblos de Fuenmayor y Navarrete.
Es la actual Bodega
Montecillo, concebida para una vinificación cuidadosa y para
elaborar vinos de larga guarda, auténtica insignia de la marca.
La marca de vinos de la
bodega centenaria de la Rioja Alta, Montecillo, presenta una nueva
faceta anclada en más de 145 años ininterrumpidos dedicados a elaborar el
auténtico Rioja. Un cambio reflejado en primera instancia en el packagingde
su gama clásica – Crianza, Reserva, Gran Reserva, Blanco Fermentado en Barrica
y Rosé – con el objetivo de subrayar siglo y medio de historia y un capital
simbólico único en la región.
La identidad visual es el
resultado de una exhaustiva profundización en el origen de la marca y en la
historia de dos grandes familias apasionadas por honrar la autenticidad de
Rioja: una historia de tradición con vocación de trascender. Montecillo
pretende así consolidarse como un clásico renovado, apoyándose en los
valores intrínsecos de la marca, mostrando siempre su compromiso por la
elaboración de un auténtico Rioja, con vinos que están más allá de modas y
perduran en el tiempo; vinos dominados por la elegancia y la longitud
que han cautivado a expertos y consumidores de todo el mundo.
Valeria
Morado, Brand Manager global, define el relanzamiento de la marca
insignia de la bodega centenaria como "una renovación con un claro
objetivo de poner en valor los activos históricos de la marca, rescatando los
valores que nos hacen únicos y diferentes a través de un trabajo casi artesanal
de recuperación de símbolos y tipografías del siglo XIX propios de la marca;
así como del color verde menta que ha sido parte de la identidad de la bodega
por más de un siglo”.
El lanzamiento de la
nueva imagen de la marca coincide con la reapertura de su bodega histórica en
el pueblo de Fuenmayor, Rioja Alta – sitio que le convirtiese en la bodega pionera
en la zona y tercera en establecerse en todo Rioja – y en cuyos nichos
subterráneos descansan aún vinos de añadas históricas tan antiguas como 1926.
Coincide también con la renovación de sus instalaciones de enoturismo, donde
los visitantes pueden contemplar las 20.000 barricas de roble francés y
americano que alberga su parque subterráneo; o bien el botellero artesanal
donde cientos de miles de botellas son apiladas a mano una sobre otra,
descansando inmóviles durante su larga crianza; hasta los nichos que resguardan
sus vinos de Gran Reserva Selección Especial – elaborados estrictamente en
añadas excepcionales y en cantidades sumamente limitadas. Así mismo, puede
visitarse el renovado espacio de tienda y cata; una zona de museo que acoge los
documentos históricos y refleja los hitos más importantes de la bodega desde su
fundación en 1870; así como de una espectacular proyección directamente sobre
las barricas bajo la innovadora técnica de videomapping, un espectáculo visual
fuera de lo común.
La nueva imagen acompaña
el lanzamiento en hostelería nacional y tiendas especializadas de las nuevas
añadas de Crianza 2015, Reserva 2012 y Gran Reserva 2010, y la campaña que
acompaña la nueva identidad visual se difundirá a partir de este mes de mayo en
redes sociales y prensa especializada a nivel nacional.
En palabras de
Mariangel Lezama, Marketing Manager global, esta nueva etapa “acompaña la excelencia enológica de los
vinos de la gama Montecillo a través de la puesta en valor de una historia
verídica e ininterrumpida a través de todos y cada uno de los puntos de
contacto con el consumidor de hoy”.
Comentarios
Publicar un comentario