Villanueva de los Infantes: Palacios y patios de un patrimonio manchego vivo
En pleno corazón de la comarca del Campo de Montiel (provincia de Ciudad Real), Villanueva de los Infantes ofrece un paisaje urbano cargado de historia, arquitectura señorial y rincones que evocan siglos de tradición. Entre sus hitos más atractivos para quien camina sus calles están los palacios de la nobleza local y los patios que articulan el interior de muchas de estas casas antiguas —espacios casi domésticos que se convierten en auténticas joyas de la arquitectura manchega. Este artículo propone un recorrido periodístico por este patrimonio, destacando su relevancia, sus secretos y el modo en que convive con la vida actual de la villa.
ARGUMENTO
Villanueva de los Infantes fue declarada Conjunto Histórico-Artístico, lo que da cuenta de su valía patrimonial. Sus calles, casas y palacios son el resultado de distintas fases: desde su origen medieval, pasando por el esplendor renacentista y barroco, hasta la adaptación a la vida actual. Los palacios señoriales, muchos de ellos erigidos en los siglos XVI y XVII, reflejan la pujanza de familias hidalgas vinculadas a la Orden de Santiago o al comercio y al poder local.
Más allá de la mera fachada, lo que hace especial esta villa manchega es la conjunción de arquitectura residencial —palacios, casas solariegas— con patios que conectan vida doméstica, estética y clima interior. Y es que estos patios, muchas veces ocultos tras portones discretos, forman un tejido patrimonial que sólo recientemente se ha puesto en valor de modo público. Por ejemplo, la iniciativa de la Ruta de los Patios de Villanueva de los Infantes abre anualmente varios de estos espacios al público bajo un formato cultural.
SELLO RENACENTISTA
El Palacio de Buenache, este edificio renacentista de mediados del siglo XVI conserva una espléndida fachada, con columnas dóricas y jónicas, escudos de armas, y un patio porticado interior de gran elegancia. Su imponente presencia reafirma el papel de la familia Ballesteros en la villa.
Palacio de la Rebuelta:, se trata de una casa-palacio que conserva un patio central con columnas toscanas y una fachada rica en heráldica que delata su pasado señorial.
Palacio del Marqués de Melgarejo, este palacio combina una fachada neoclásica con un patio interior de columnas jónicas y una escalera imperial que remata el conjunto. Un lujo oculto en el casco histórico.
Cada uno de estos edificios funciona como testigo del poder local, la economía y el gusto arquitectónico de su época. Pero también —y quizá con la misma importancia— como escenario vivo en el que hoy conviven habitantes, oficinas turísticas, viviendas y pequeños comercios.
ZONAS DE INTIMIDAD Y REPUTACIÓN
Las casas señoriales de Villanueva de los Infantes no sólo se miran desde la calle: se descubren al entrar en un zaguán, cruzar un umbral y acceder al patio. Allí confluyen columnas, madera, bóvedas, galerías y jardines o macetas. Un buen ejemplo es el patio de la Casa de los Estudios, descrito como “uno de los más bellos de Villanueva de los Infantes” gracias a su balaustrada de madera de color almagre y bóvedas de arista.
La iniciativa de abrir estos espacios al público ha sido un impulso clave por parte de la Ruta de los Patios que permite visitar cerca de 20 patios y espacios singulares —muchos normalmente cerrados al público— con teatro, música y gastronomía como complemento.
Estos patios aportan varios valores, entre los que destaca su valor arquitectónico y estético: columnas, galerías, proporción, luz, vegetación. A la vez que su valor social e histórico, que fue reflejo de modos de vida residencial señorial, intimidad doméstica y estatus. Y por ultimo no conviene olvidar su valor turístico y cultural: al proveer un recorrido diferente, menos convencional, que permite adentrarse en la «vida interior» de la villa.
DESAFÍOS
La conjunción de palacios y patios hace que Villanueva de los Infantes no sea sólo un escaparate, sino un espacio habitado, con agentes locales que mantienen edificios antiguos adaptados a usos modernos. Sin embargo, ese carácter vivo también acarrea una serie de retos que en la actualidad pasan por la conservación de los edificios privados, que es a menudo más compleja que la de monumentos públicos.
El acceso público a los patios supone coordinación con propietarios, apertura temporal o condicionada.
El turismo, aunque deseado, debe gestionarse para que no comprometa la calidad de vida local o dañe el patrimonio.
RUTA DE LOS PATIOS 2025
La Asociación Campo de Montiel organizada con mirada cultural y patrimonial, para “hacer comarca” y poner en valor estos espacios, evitando que se conviertan en meros escenarios de ocio masivo, estas jornadas en Villanueva de los Infantes, Ciudad del Siglo de Oro, cuna de Don Quijote y última morada de Quevedo y uno de los Pueblos más Bonitos de España, abrió un años más y van doce sus patios con música, poesía y teatro. Durante el pasado mes de octubre, en el corazón del Campo de Montiel, una de las comarcas históricas de la Mancha, ubicada entre Ciudad Real y Albacete expresada en «El Quijote» como origen y escenario. Villanueva de los Infantes abre su impresionante patrimonio civil y religioso a los visitantes en un extraordinario ambiente de teatro, música, literatura y escenificación.
Además, la propiedad civil debe articularse con la restauración de otros elementos complementarios (como conventos, iglesias y espacios públicos) para que el tejido urbano siga siendo coherente e interesante.
Observar tanto las fachadas como, cuando sea posible, los patios interiores, con durante este periodo se pudo acceder a los patios normalmente cerrados al público, al ser mansiones privadas. Pudimos observar durante la visita los detalles arquitectónicos: columnas (dóricas, jónicas, toscanas), zapatas invertidas, galerías de madera, bóvedas de arista. Por ejemplo, en la Casa de Don Manolito se destaca un patio de grandes dimensiones con columnas jónicas y zapatas invertidas. También visitamos otros hitos de la villa como la iglesia de San Andrés, la Casa del Arco, el Convento de los Dominicos y la celda y museo de Francisco de Quevedo, para tener contexto histórico de esta villa ilustre del Campo de Montiel.
En Villanueva de los Infantes, los palacios y los patios no son meros vestigios tranquilos de otro tiempo sino que siguen siendo escenarios de vida, de turismo inteligente, de cultura local. Los visitantes que pasean por sus portones, admiran sus columnas y se sumergen en sus patios, no solo contemplan arquitectura, sino también la continuidad de una tradición que une casa-solariega, ciudad histórica y comarca.











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