La Bodega de Fillaboa es magia, y no solo por la espectacular finca llena de viñedos y rodeada de un muro de piedra, su bella bodega o el antiguo pazo histórico con su capilla, sino también por los vinos 100% albariño que en esta bodega gallega se elaboran. Vinos albariño, vinos gallegos, vinos blancos frescos llenos de magia y de historia procedentes de la DO Rías Baixas. Vinos de Galicia, concretamente de Salvaterra do Miño, en Pontevedra, entre los ríos Tea y Miño y próximo a la frontera con Portugal.
El paisaje del vino no solo es aquel que vislumbramos mientras lo catamos, y que es parte esencial del momento que estamos viviendo y en el que estamos inmersos, sino también aquel en el que ese vino ha sido creado y que el propio vino, o más bien viñedo, va modificando con el paso del tiempo y las estaciones. Es tan bonito ir a visitar una bodega donde ha nacido y crecido un vino como conocer una ciudad en la que nació y creció un buen amigo, y más si vas de su mano y la recorres y disfrutas con él.
, perteneciente al grupo empresarial Corporación Masaveu, nace en 1974 cuando esta familia adquiere Bodegas Murua en la Denominación de Origen Calificada Rioja. En sus inicios, en esta bodega se elaboraba vino de forma privada fruto de la pasión de esta familia y su vínculo con el mundo vinícola, pero posteriormente se decide apostar por la comercialización remodelando y adaptando la bodega e impulsándola a los más altos estándares de calidad con la elaboración de excelentes vinos. Comienza así una aventura vitivinícola que ha ido creciendo hasta estar presente a día de hoy en diferentes partes y regiones del país: Murua (DOCa Rioja), Fillaboa (DO Rías Baixas), Pagos de Araiz (DO Navarra), Leda (Vino de la Tierra de Castilla y León) y Valverán (Asturias). En estos lugares, Masaveu Bodegas elabora vinos blancos, rosados y tintos de diferentes variedades y características, y también crea una bebida arriesgada, pero de raíces tradicionales, como es la sidra de hielo.
A pesar de comenzar en los años setenta con las bodegas, la pasión de esta saga por el vino y el viñedo se aprecia mucho antes, ya a mediados del siglo XIX la familia poseía plantaciones de viñedo en Castellar del Vallés, de donde era Federico Masaveu Rivell. En esta zona de la provincia de Barcelona se iniciaron los pasos que un siglo más tarde continuarían sus descendientes desde el norte de España, concretamente Asturias, donde acabó asentándose esta familia con el paso de los años y donde fraguaron un grupo de empresas en diferentes sectores y negocios: Corporación Masaveu.
Es en 1998 cuando el testigo de las bodegas es tomado por José Masaveu Herrero, quien organiza, reestructura y comienza a profesionalizar el grupo de bodegas. Una vez más, la pasión y valor que representa el vino son lo que lleva a la familia Masaveu a que uno de sus miembros se dedique en cuerpo y alma a las bodegas hasta la actualidad.
Todos los proyectos desarrollados por Masaveu Bodegas poseen un denominador común: elaboraciones limitadas y sostenibles de excelente calidad demostrando un máximo respeto a la tierra que poseen y cultivan cada día en las más de 400 hectáreas de cultivo en las diferentes denominaciones de origen. A través de cultivos propios, logran transmitir, en cada una de las botellas, la personalidad única de cada terroir.
Bodegas Masaveu une en cada uno de los proyectos que desarrolla un demostrado conocimiento vitivinícola y modernidad en la gestión, hasta convertirse durante estos años en un referente del sector con estas cuatro bodegas y un llagar en los que elabora en total cerca de un millón de botellas al año.
En cualquiera de sus bodegas de Murua (Elciego-Rioja Alavesa), Pagos de Araiz (Olite-Navarra) o Fillaboa (Salvaterra do Miño-Rías Baixas) podrás disfrutar de los preciosos tonos del otoño con todos sus colores y degustar unos vinos que ya nunca olvidarás.
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