Carlos Pascal
es fundador y director de KITCHEN CLUB, una
escuela de cocina donde no solo se enseña lo mejor de la gastronomía si no en
donde se generan experiencias únicas y diferentes que ayudan a conectar el
mundo profesional de este «arte» con usuarios que quieren introducirse en
él o perfeccionar su técnica.
De
profesión arquitecto, transformó su hobby en un negocio y hoy
triunfa con sus cursos de cocina habiéndose en un chef de referencia en la
capital madrileña. Actualmente dirige dos locales en Madrid, uno en la
Calle Orense y otro en General Pardiñas, además de haber inaugurado otro
recientemente en su ciudad de origen, Santiago de Chile.
En estos días de
confinamientos en los que la actividad de la restauración por circunstancias,
ha bajado, hemos dialogado con este
cocinero, de carácter amable y dicharachero.
¿Qué marco tu pasión por la gastronomía?
Tuve
la suerte que en mi casa siempre se comió muy bien. Mi madre es una gran
cocinera y siempre cocinar en mi casa fue un m motivo de celebración. Realizaba
recetas clásicas de cocina francesa que cocinaba con pasión y esmero. Ella
trabajaba en aquella época así que en los fines de semana preparaba magníficos
platos en los cuales ayudábamos el resto de la familia. Su madre se dedicaba a
preparar miles de comidas para colegios y empresas que cocinaba en su casa en
una cocina acondicionada para ello en la cochera. Pasé muchas vacaciones y
tardes entre esas ollas así que de seguro eso también me influyó de alguna u
otra manera. La cocina siempre estuvo muy presente en mi familia, de hecho, mis
tres hermanas son magníficas cocineras también.
¿Cuál es el origen del KITCKEN CLUB?
Partió
hace algo más de 10 años en mi casa. Empecé a dar algunos talleres de cocina
japonesa que rápidamente empezaron a tener mucha demanda. Mi mujer y actual
socia que es productora de eventos me echo una mano para arrancar con catering
para eventos y bodas. La casa se nos quedó pequeña y así nació el desafío de
profesionalizar esta actividad con un local que contara con todas las
condiciones para desarrollar una escuela de cocina y pequeña sala de eventos
donde poder desarrollar lo que hoy hacemos. Así partimos con nuestro primer
local en Calle Ballesta hasta hoy, que contamos con dos espacios más grandes en
Madrid, uno en Santiago de chile y hemos cerrado aquel pequeño.
¿Qué es lo que
le da personalidad a tu proyecto?
Creo
que confluyen diferentes cosas para que kitchen Club sea lo que es hoy en día.
Lo primero es que metemos mucha pasión en lo que hacemos, nosotros y nuestro
equipo, disfrutamos de ello y eso es algo en esta actividad que se nota.
Intentamos cuidar todos los detalles para que sea una experiencia 360º.
Trabajamos muy de cara al público, enseñamos, trasmitimos cocina por todas
partes. Nuestros locales son en realidad grandes cocinas abiertas al público
donde dependiendo de la actividad en que estén nuestros visitantes pueden vivir
la cocina de una u otra forma.
¿Qué fue lo que
te inspiro para llevar a cabo este proyecto de escuela gastronómica y de
restauración?
Tomando
como base lo que antes hablábamos de los cursos que desarrollaba en mi casa, el
ambiente que se creaba y la tendencia hacia las experiencias que empezaban a
tomar vuelo allá por el año 2010 empezamos a buscar diferentes referentes para
terminar de dar forma a nuestra idea. Estudiamos los Txocos del país vasco, los
restaurantes experienciales y sobre todo algo que ya teníamos. Hasta el momento
las escuelas de cocina en Madrid y las que vimos en el resto del mundo eran de
un formato aburrido y plano. Su método de enseñanza era presencial donde los
alumnos miraban desde sus pupitres a los cocineros como cocinaban y tocaban los
alimentos. Los chefs eran seres lejanos y una situación muy diferente a lo que
hacíamos en aquel piso de calle Reina. Donde todos estábamos alrededor de una mesa
y participábamos de la elaboración de los platos de una manera práctica. Era
una fiesta en la cocina y eso fue principalmente lo que quisimos transmitir
como eje principal a nuestra nueva escuela.
¿Háblame del Kitchen
Club?
Kitchen
Club es un Proyecto precioso que partió de la intuición y de las ganas de hacer
donde se vive y huele a cocina por todos sus lados. Es un proyecto al cual le
hemos dedicado no solo muchos años sino también parte importante de nosotros.
En un principio éramos mi mujer y yo, hoy somos casi 50 personas entre España y
Chile con equipos maravillosos que consideramos nuestra familia y también con
muchísimos alumnos y clientes, algunos de ellos que nos acompañan desde el
principio y nos animan a seguir trabajando, evolucionando y mejorando día a
día.
¿Y qué le hace
especial?
Creo
que lo especial de Kitchen Club es la ecuación que lo compone. Es un.Proyecto
pionero y especial que hizo que mucha gente sé enamorará de él, también
impulsó a muchas personas en seguir este modelo de negocio y a
hacer algo como lo nuestro. Pienso también que si llevamos tanto tiempo trabajando
es fundamental el trabajo que hemos hecho con nuestro equipo y
la capacidad que tiene de transmitir esa pación por la cocina. Kitchen Club es
especial por todas las partes que lo componen finalmente, es un buen tándem.
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