DOS LIBROS IDEALES PARA ESTA NAVIDAD
Estas navidades, te recomiendo que adquieras estos dos libros tanto para leerlos tú como para hacer un bonito y original regalo.
Desde la naranja sevillana hasta el yuzu o el pomelo,
la bergamota o la azamboa, los cítricos son la familia de ingredientes más
estimulante para cocinar.
Ensaladas frescas, caldos aromáticos, el feliz
matrimonio del marisco con los cítricos, recetas de carne de origen asiático y
mediterráneo, conservas y encurtidos, e infinidad de pasteles, tartas,
bizcochos y cócteles…
A lo largo de 170 recetas, CATHERINE PHIPPS explora
la miríada de usos de naranjas, limones y sus parientes. Fascinante e
intemporal, Citrus combina placer, conocimientos alimentarios e inspiración
culinaria. Catherine Phipps es autora de varios libros de cocina y alimentos,
le gusta crear sus propias recetas y difundirlas. Aprendió a cocinar de la
manera tradicional, siguiendo a su madre en la cocina de su casa en la
localidad de Lincolnshire.
Después de dejar la carrera de Derecho, decidió
perseguir sus sueños y dedicarse a la cocina y la divulgación de los alimentos.
Durante un periodo corto estuvo regentando un restaurante en el Caribe. Después
de esta experiencia regresó al Reino Unido, y le dio por la escritura logrando
editar varios libros, y colaborando con algunos medios de comunicación como The
Guardian's y el programa de cocina de Radio 4’s. Catherine pasa gran parte de
su vida buscando y desarrollando nuevas fórmulas para cocinar todo tipo de
alimentos. Actualmente Catherine vive en Ealing con su familia, donde enseña a
sus hijos a disfrutar de la comida, cómo cocinar y, lo que es más importante,
cómo hacer una taza perfecta de té.
"Escribir sobre los cítricos estos últimos
meses ha resultado una experiencia gozosa. Como otros escritores culinarios que
residen en el frío norte, soy capaz de vivir indirectamente a través de los
ingredientes que utilizo. Con un limón italiano me siento transportada hasta
colinas con huertos en terrazas, desde las que se ve el azul del mar de Capri
en la distancia y percibo una ligera brisa enriquecida con el aroma del azahar.
Es una imagen romántica y evocadora, y el mero hecho de sostener en la mano y
oler un limón puede convertir en cálido el día invernal más gris. He tenido la
suerte de (brevemente) vivir en un lugar donde podía recoger del árbol a diario
limas, naranjas amargas y pomelos. Incluso ahora tengo ocasión de visitar a mis
padres en Grecia, donde el penetrante olor a cítricos siempre llega mezclado
con el de las hierbas campestres polvorientas y resinosas. Sin embargo, cuando
me paro a pensar en los cítricos y las cosas con que los asocio, me doy cuenta
de que la gran mayoría de mis recuerdos se centran en mi hogar.
Recuerdo el
momento en que entré en la cocina y sorprendí a mi hijo [...] [...] Por encima
de todo, valoro los cítricos por su utilidad. Son simplemente los ingredientes
más útiles que se pueden tener en la cocina. Aparte de su complejidad de
sabores, pueden transformarse por completo. Acentúan el sabor de algunos
ingredientes salados y destacan el dulzor de otros. Realzan los ingredientes,
individualmente y en conjunto. Pueden aportar simultáneamente profundidad y
ligereza, alegrando el plato más insulso. El ácido cítrico evita que los
alimentos oscurezcan. Los cítricos preservan los alimentos y poseen cualidades
cuajantes. También sirven para «cocer» y ablandar carnes y pescados. Incluso
favorecen que la leche se convierta en suero de leche, queso o yogur. Además,
son buenos para la salud: no solo son ricos en antioxidantes y vitamina C, se
sabe que son buenos para la hipertensión o la depresión. Son simplemente
milagrosos." Catherine Phipps.
Cuando se deambula por la sección de legumbres, ya
sea en un polvoriento mercado de Mysore o un iluminado supermercado de
Mánchester, uno se sorprende con la riqueza de colorido.
Como ingrediente, es
algo que se agradece, ya que cuando comemos, empleamos todos los sentidos, no
solo el gusto, sino también el olfato, la vista y el tacto. Los bellos tonos de
las legumbres no solo agradan a los ojos, sino que además deleitan las papilas
gustativas.
Esta era, pues, una manera obvia de organizar el libro, y le animo
a que se adentre en los capítulos que siguen, ordenados por colores. Muchos
cocineros, por ejemplo, conocen la «judía blanca», pero no se les da muy bien
especificar la variedad, así que espero que la distinción por colores ayude al
lector a navegar por la plétora de legumbres: blancas, negras, verdes,
amarillas, rojas y pardas forman la paleta de color que le servirá de guía.
Cada una tiene su propia historia; la judía arrocina, por citar una, puede
resultar familiar cocida al estilo clásico, pero también es ideal combinada con
el cordero guisado. Un hallazgo delicioso es la mantecosa alubia verdina, que
se cosecha antes de su completa maduración y se seca a la sombra para que no
pierda su característico tono verde; es asombrosa añadida en una ensalada o
convertida en salsa para mojar triturada con ajo, limón y requesón.
Georgina Fuggle es una joven chef y estilista de
alimentos que se formó en Leith's, trabajó para Green & Black's y fue
Editora Sénior Food Editor. Creció cultivando, junto a su padre, el huerto
familiar. Actualmente dirige junto a su socia y amiga Alice Hart varios restaurantes
pop-up llamados Hart & Fuggle.
¡Disfrute con la verdura! Es barata, versátil y muy
beneficiosa para la salud. En Deliciosas verduras, Georgina Fuggle explora los
colores, las texturas y los sabores de las hortalizas para crear platos
deliciosos y saludables. En cada receta, escoge una verdura como estrella y
aprovecha sus cualidades, con el fin de ofrecernos un amplio recetario que
incluye ideas para almuerzos, cenas para cada día y comidas para ocasiones
especiales. Saque el máximo provecho a lo que el huerto y el mercado le
ofrecen, pruebe platos con hortalizas nuevas o busque una manera interesante de
comer las verduras de siempre: estas recetas vegetarianas inspiran, nutren y
son fáciles de elaborar.
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