CREMOSITOS DEL ZÚJAR, DELICIAS PACENSES
Desde el sureste de EXTREMADURA, junto al río
Zújar, existe una quesería que hace un queso de la zona, la Torta, con el
nombre de CREMOSITOS DEL ZUJAR, que no tiene nada que envidiar a as otras que
se elaboran en mismo lugar
Marcelino Real Ibáñez, manager de
Naturser y Consejero delegado en Arteserena, S.L., nos dice que el queso que
elaboraran tiene esa calidad gracias a la inmejorable situación de su fábrica,
por supuesto a la materia prima de extraordinaria calidad, que obtienen de sus ovejas
de raza merina, lo que les faculta el
poder ofrecer un variado de productos con un toque común en sabor, textura y
calidad.
Estos quesos extremeños son únicos, tanto el “Cremositos de Zújar” (Torta Extremeña), la Crema del Zújar (Tarro cremoso de queso), la Flor de Zújar (Queso Curado) y el Cerro Dorado (Queso de aceite).
Estos quesos extremeños son únicos, tanto el “Cremositos de Zújar” (Torta Extremeña), la Crema del Zújar (Tarro cremoso de queso), la Flor de Zújar (Queso Curado) y el Cerro Dorado (Queso de aceite).
EL CREMOSITO
DEL ZÚJAR
Se trata de una
torta de leche cruda de oveja merina, 100% natural y artesanal. Según nos
revela el consejero delegado, Marcelino Real, para elaborar este queso, tan
sólo se utilizan tres ingredientes: leche, cuajo vegetal (Cynara Cardunculus) y
sal. Y, por supuesto, no se añade ningún tipo de aditivo o conservante. Y nos
dice que “el proceso de elaboración es artesanal, muy cuidado. Controlamos y
mimamos cada uno de los detalles, desde la alimentación del ganado hasta el
acabado final, para obtener así un producto homogéneo y de calidad excelente
durante todo el año”. La coagulación se realiza entre 28 y 32°C. Se corta la
cuajada con lira hasta conseguir el grano deseado y posteriormente se introduce
en moldes. Tras un ligero desuerado, se realiza el salado a mano.
La maduración es
lenta, a muy baja temperatura y elevada humedad. Además, nos revelan que es
imprescindible soportar el queso en su periferia con venda de algodón, para
darle forma y evitar que se aplaste demasiado. Para lograr esto nos señala Marcelino
“diariamente les damos la vuelta para evitar que se sequen más por una cara
que por otra, así como para que la flora se implante en la corteza por igual y,
por lo tanto, adquiera las características deseadas”.
Este meticuloso
proceso de producción tiene como consecuencia que esta quesería logre un queso
de una fina corteza natural de color dorado, un corazón de color blanco marfil
muy cremoso (no podrás evitar la tentación de mojar el pan) y un aroma suave y
agradable.
El propósito principal
por el que estos emprendedores
extremeños han apostado por este producto de su tierra radica en tratar de
transmitir la esencia y los matices de la naturaleza y de la tradición de
Extremadura a través de sus quedos ofreciendo, la artesanía, el aire fresco y
limpio de la dehesa, las flores de primavera, los campos de frutales y de
cereales. Para Marcelino Real todo esto representa un testimonio de mezcla de tradición
y modernidad que se aprecia al degustar nuestros quesos.
INNOVADORES
“ Arteserena
S.L. se fundó en 1994 por 13 socios, la gran mayoría ganaderos, motivados por
la sequía que estaba sufriendo Extremadura en aquellos años, en los que se tuvo
que recurrir al ordeño para así compensar los elevados precios de los piensos. De
esta manera, Arteserena aseguraba un precio justo de la leche de sus ganaderos
e iniciaba su carrera para introducir sus quesos en el mercado. Junto a estos
socios iniciales se suman FOVEXSAT y Casat, dos cooperativas extremeñas que
han apostado por la elaboración de productos artesanales de calidad.
Hoy en día
cuentan con más de 30.000 cabezas de oveja
merina, que pastan libremente en más de 15.000 hectáreas de terreno, en régimen
extensivo, clave para obtener una leche de la mejor calidad.
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