PORTO-MUIÑÒS, EL ESPAGUETI DE MAR



PORTO-MUIÑOS nace como una empresa familiar, bajo la batuta de Antonio Muiños y Rosa Mirás, su mujer, en 1998 inician su actividad con la comercialización de las algas. Los primeros años las procesaban para distribuir en deshidratado y conserva. Actualmente también se pueden encontrar sus productos en polvo, salazón, fresco, estas últimas con mucho éxito. Sus algas se distribuyen en todos los puntos de la comunidad española, y en distintos países de los cinco continentes.
Este matrimonio gallego, coruñeses de Cambre, son pioneros en introducir las algas comestibles entre los ingredientes de la alta cocina, y basan el éxito de su empresa en el estudio y la divulgación de las cualidades organolépticas de las algas. Además esta pequeña conservera dedica también espacio y tiempo a la elaboración de otros productos del mar de Galicia, como son  las delicadas conservas de huevas de erizo de mar, hígado de rape cuyo sabor y textura ha obtenido una buena calificación de los especialistas, mejillones con algas, infusiones de algas, pasta de sémola de trigo con algas y otros productos con todo el sabor y la riqueza del Atlántico.
Las algas son un conjunto muy variado de vegetales que viven ligados a la vida acuática, al menos en algún momento de su vida. Siendo la luz solar su fuente de energía, y en  el agua del mar encuentran todos los elementos necesarios para su desarrollo.

PRESENTACIÓN Y TONOS
Las formas de las algas son muy variadas van desde estructuras de láminas, cintas, cilindros, filamentos y arbustos. Las más simples están constituidas por una sola célula. Las más complejas son pluricelulares y la estructura de su cuerpo recuerda a los vegetales terrestres. Su gran riqueza cromática se puede agrupar en cuatro gamas básicas de colores: verdes, rojas, pardas y verde-azuladas.
Las algas viven en todos los mares y océanos del planeta, pero es en el agua salada donde viven las principales algas que se utilizan en la alimentación humana, aunque también encontramos algas en los ríos, lagos y otros lugares de agua dulce; hasta en cualquier superficie que permanezca húmeda durante un tiempo se puede desarrollar alguna población de algas.


Algunas algas viven flotando en el agua, es lo que se llama fitoplacton, elemento básico en la alimentación de los peces. Otras, viven fijas a un sustrato u a otras algas, son las algas bentónicas.

Generalmente no viven aisladas, sino que forman grandes poblaciones que forman hermosos bosques bajo el agua.
Desde hace millones de años  el hombre utiliza las algas por su diversidad y cualidades que las hacen susceptibles de ser manipuladas en alimentación, agricultura, cosmética y medicina.

Hoy en día se sabe que ya el hombre prehistórico supo apreciar las bondades de las algas como alimento: sanas, ricas y nutritivas. A lo largo de la historia algunas sociedades las incorporaron en su dieta habitual, convirtiéndose así en un alimento común y tradicional en su cocina: grandes áreas del continente asiático, Chile o la Bretaña francesa, son algunas de las más conocidas.

En la industria alimentaria es muy común, y está ampliamente extendida, la utilización de extractos de algas (E-400; E-405) como ingredientes en la elaboración de alimentos como: yogures, mermeladas, etc.

El uso de las algas en agricultura es tradicional en las zonas costeras. Los agricultores recolectan los arribazones (algas depositadas en las playas por el agua del mar) para incorporar, en los campos de cultivo de hortalizas.

La industria farmacéutica y cosmética se beneficia también de las bondades de las algas.

En la fabricación de cosméticos está muy extendida la utilización de determinados extractos con objeto de mejorar las cualidades mecánicas del producto. Pero, aún más interesante es el hecho de que las algas contienen moléculas que activamente participan en los efectos beneficiosos que ofrecen determinados cosméticos.

Las algas también colaboran con la industria farmacéutica en la elaboración de medicamentos. Actualmente, se estudian moléculas presentes en las algas que son activas en procesos tumorales, en procesos de regulación del colesterol y otras enfermedades o alteraciones comunes. Además de los beneficios curativos, las algas son muy saludables y su inclusión en la dieta puede prevenir la aparición de numerosas alteraciones fisiológicas.
NUTRICIÓN Y FOGÓN

En el mundo se comercializan muchas especies de algas para uso alimentario. En nuestras costas encontramos muchas especies distintas de algas, sin embargo, sólo unas pocas se comercializan para uso alimentario. Son un mundo nuevo por descubrir.

Las algas se comen fundamentalmente porque son verduras muy sanas y nutritivas. Destaca su gran riqueza en vitaminas y minerales, elementos hoy escasos en los alimentos más comunes de nuestra dieta tradicional. Tienen muchos minerales y algunos de ellos, como el calcio, magnesio, hierro, fósforo, potasio o yodo, en la cantidad suficiente para cubrir un porcentaje muy amplio de la cantidad que se recomienda ingerir diariamente. Son alimentos que aportan gran diversidad y cantidad de vitaminas, como vitamina A, C o vitaminas del grupo B tan escasas y necesarias hoy en día.

Algunas son muy ricas en proteínas, por lo que se recomienda su inclusión en las dietas vegetarianas o dietas pobres en proteínas animales.

Son ricas en fibra y fitocoloides, sustancias que actúan favoreciendo la movilidad intestinal y además sacian, por lo que son adecuadas en dietas de adelgazamiento.

Son pobres en grasas e hidratos de carbono, por lo que son un alimento recomendado en dietas hipocalóricas.


Además de ser sanas y nutritivas tienen sabores, texturas y colores que las hacen muy versátiles en la cocina.
¿Dónde crecen y cómo se recolectan?
Las algas marinas que comercializa esta empresa gallega crecen sobre las rocas que bañan las frías y limpias aguas del océano atlántico. Los buceadores seleccionan y cortan los mejores ejemplares en la época más adecuada para cada especie.

Las algas son transportadas a las instalaciones que la empresa dispone para ser procesadas inmediatamente.
PORTO-MUÍÑOS es una empresa pionera en España en la instalación de cultivos de algas marinas. Participó y participa en distintos proyectos de I+D con el objetivo de desarrollar los cultivos de algas de distintas especies.

El objetivo de estos proyectos es doble. Con la instalación de cultivos de algas, esta compañía colabora en la conservación del medio natural y por otra parte se reduce considerablemente el esfuerzo de los trabajadores.
Hoy, esta empresa familiar que alcanza los 50 empleados en los períodos de más actividad, está comprometida a transmitir la cultura de las algas y todo el conocimiento adquirido a lo largo de los años. También, a potenciar estos cultivos del mar en defensa de las Cofradías de Pescadores. Su nuevo reto es el cultivo de erizos para que convivan con las algas. “En el fondo -asegura Muiños- queremos hacer cultivos multitróficos, es decir que se sucedan las algas, los erizos o las ortiguillas en nuestras cuadrículas, para que se conviertan en un espacio más sostenible. El camino de los cultivos marinos creo que va por ahí. Ahora estamos trabajando con cuatro nuevas algas que van a da mucho que hablar en la mesa”.


Se trata de una empresa que es la proveedora de algas de los mejores cocineros de España y, sobre todo, a introducido este producto, sostenible y saludable, en las casas de los aficionados a la buena mesa.
Desde hace ya 22 años viene marcando una  magnífica trayectoria esta empresa en  defensa de los mares y de los pescadores que están detrás de los productos que llevan la firma de esta sociedad gallega. Para Antonio Muiños, “todo empezó por una necesidad de buscarnos la vida. Empezamos con el cultivo de setas, pero nos encontramos con una competencia muy agresiva. Todo nos llevó al mundo de las algas y al principio tropezamos con muchas dificultades porque no supimos seleccionar la zona ni contamos con las mareas. Tuvimos que aprender poco a poco a ser empresarios y no entusiastas de las algas. Pero descubrimos el spaguetti de mar, que nos pareció que estaba buenísimo, porque Galicia es una zona privilegiada, el lugar ideal para convertirnos en agricultores del mar. Luego el wakame, al que llamamos grelo de mar y que incorporamos a una receta de caldo gallego marino. Así nos fuimos animando y viajamos a ferias, incluso por Francia o Irlanda”.


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